Escuela del Jacarandá

Reseñas

Diecisiete ingleses envenenados
    Prudencia Linero, una viuda de 72 años, quien nunca había salido de Riohacha, viaja a Italia con la única meta de ver al Papa.
   Cuando  llegó al puerto de Nápoles, un auto con el cónsul la tendría que haber estado esperando, pero este nunca arribó. Ella muy decepcionada, se dio cuenta de que tendría que esperar hasta el día siguiente para ir a verlo.
   Un oficial muy amable la vio esperando, y se ofreció a llevarla a uno de los hoteles más decentes de esa ciudad.
   Al llegar a  destino, Prudencia comprobó que era verdad, era un hotel muy fino de nueve  pisos, inmenso y muy hermoso, excepto por una cosa. Al subir a su cuarto, se dio cuenta, que en su mismo piso asignado, estaban hospedados diecisiete  ingleses. Ella odiaba a los ingleses, le daban repugnancia. Al verlos, se dijo para adentro…-“Que se mueran”-… y siguió disfrutando de su viaje, sin darles importancia.
Al día siguiente, la señora fue a comer a una fonda cerca del hotel donde conversó  con un cura quien le dijo que el papa  solo recibía solamente los miércoles a todos los turistas que querían visitarlo, pero que no confesaba a nadie. La señora Linero le dijo que no podía ser porque ella venía de muy lejos, y solamente para que el Papa le confesara porque ese era el sueño de toda su vida.
Después de un día de recorrer Nápoles, llegó al hotel para acostarse a descansar, pero se encontró con ambulancias, y camillas con los 17 ingleses envenenados en ellas. Estaban todos muertos.
Valentina, Nina y Candela 7ºA 2011

Buen viaje señor presidente
 
          El cuento trata de un presidente colombiano que se había exiliado a Ginebra porque fue derrocado de su cargo durante un golpe de estado que sufría su país. Tenía una enfermedad terminal. En el hospital, donde se trataba conoce al conductor de la ambulancia, llamado Homero quienes  comienzan a relacionarse entre sí y logran una amistad. El chofer  al comienzo tenía malas intenciones: aprovecharse de las pertenencias del ex presidente.
       Homero era un gran admirador político suyo, pero no tanto como su esposa Lázara que no estaba de acuerdo con que su esposo  mantenga una amistad  con el ex presidente.       
       Luego de un tiempo, Homero invita al anciano a comer a su casa, Lázara muy enojada con la visita, al darse cuenta que la invitación ya estaba hecha,  no tuvo más remedio que aceptarla. La mujer al verlo en la comida sintió una gran atracción hacia el presidente, pero pudo contenerla.
         Con el pasar del tiempo la enfermedad del ex gobernante se agravó al igual que su situación económica.
Lázara que a lo largo del tiempo le había tomado un gran cariño, no dudó en ayudarlo. Junto a su esposo vendieron pertenencias de valor para que el enfermo pueda  resolver el problema de salud.
         El ex presidente decidió no  operarse, ni seguir las instrucciones que le dio su médico. Emprendió un viaje a Colombia con la voluntad de comenzar un nuevo plan político. Esto, lo relató en una carta que le envió a  Homero y  a Lázara desde Colombia, reconociendo que el viaje a Ginebra, donde los había conocido,  había sido providencial.

Fede, Facu, Iván, Tomás y Julia 7mo A 2010

Franco, Agus y Fede